Leyenda Del Arco Del Carmen
Cuenta la leyenda que cualquier viajero que cruce por la puerta de la Ciudad Real se quedará por siempre en ella
Cuenta la leyenda que cualquier viajero que cruce por la puerta de la Ciudad Real se quedará por siempre en ella. La magia que poseía aquella puerta era muy poderosa. El majestuoso monumento atraía a todos los viajeros que rondaban por ahí, enamorándolos con su bella arquitectura y sus colores brillantes. Su figura proyectaba confianza y su arco incitaba a los viajeros a pasar por debajo de él. No era coincidencia que se sintieran atraídos por aquella puerta, porque muy dentro de ellos sabían que si la cruzaban serían felices para toda la vida. Todo inició en el año de 1680, en la Ciudad Real, San Cristóbal de las Casas, Chiapas. El convento de la Encarnación, mejor conocido como Templo del Carmen, construyó un monumento que con el paso del tiempo se convertiría en un lugar mágico de San Cristóbal de las Casas. Las religiosas del convento de la Encarnación decidieron recaudar fondos para la construcción del campanario del convento, pero el único lugar donde se podía construir aquel edificio era sobre el Paso Real. Esta importante calle va del convento de la Encarnación hasta la plaza de ciudad, por lo que el administrador del convento le pidió permiso al Ayuntamiento de San Cristóbal de las Casas para poder construir el campanario sobre la calle principal. Después de varias negociaciones, el Ayuntamiento accedió a la petición con la única condición de que no se obstruyera el Paso Real. Fue así como se construyó el Arco del Carmen. El colosal edificio contó con tres pisos: en la parte de arriba se encontraba el campanario. El piso del medio sirvió como un corredor para que las religiosas cruzaran de un lado al otro hasta las dependencias conventuales, sin romper el voto de clausura. En la planta baja se construyó el famoso arco sobre la calle principal, para que las personas pudieran seguir pasando por ahí sin que se les obstruyera su paso. Con el paso del tiempo, el Arco del Carmen, ubicado en el límite de San Cristóbal de las Casas, se convirtió en un referente para todas las personas que pasaban por allí. En pocos años, este característico edificio se volvió la entrada principal y la puerta a la Ciudad Real. El Arco del Carmen simboliza la puerta de la aventura. Todo aquel que cruzara por debajo de él se quedaría por siempre en San Cristóbal de las Casas.